¿Cómo acabar con una idea?

Todas nuestras crisis se deben a idealizaciones personales y/o compartidas.

A pesar de tener escrita esa frase en mi cuaderno, que se me ocurrió en un momento de lucidez, hoy me siento vacía por una bonita idea que ha ocupado mi mente por algunos pares de años, pero que cada vez se volvía tan disonante que me dejaba sin recursos. Cuando una idea no se puede mantener más, debemos dejarla morir definitivamente para siempre, o hasta que las condiciones cambien.

Mantener una idea de esa magnitud requiere de mucha energía. Es como la fe o la esperanza. La fe o esperanza están fundamentadas en ideas, y toda idea necesita recursos para mantenerse. En otras palabras, las grandes ideas son caras, así como lo es tener fe.

En idealización, hablaba sobre idealizaciones generales en nuestra cultura, que no son más que exageraciones o sobrevaloraciones de las cosas, algunas simples y naturales como el sexo, y otras más abstractas y construidas como el amor o el éxito. Y por cosas simples no me refiero a cosas sin importancia.

Para mí algo simple es algo con valor, algo que es hermoso por su misma naturaleza y no debe ser maquillado, sobrevalorado o idolatrado. Por ejemplo, cuando me preguntan qué clase de chico es tu chico ideal, simplemente digo simple.

Así que, cuando hablaba de idealizar o sobrevalorar algo, no me refería a otra cosa más que a darle un valor humano exagerado a algo que ya posee valor propio de manera intrínseca.